Hoy no escucho su voz, la voz de Mielita -la pajarita- que trina posada en el molle, llama, llama a Mielo, su pajarito con el que danza: pico a pico, alita a ala, un baile sazonado de fuego, dulcificado más allá de su luna.
Quizás hoy haya tomado otro rumbo: lleva con ella pajas para su nido, melancolías de tarde que cuenta afectos e historia de nombres.
Julia del Prado (Perú)
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