CORDURA
La noche estaba triste y ella deambulaba
por el patio de un hospital luego que había salido de una cura de sueño. En
medio de su trance sentía que arrastraba cadenas. Le sonaban en sus oídos,
nadie le hacía caso. Ni un médico, tampoco una enfermera. Lloraba ya sentada de
su drama. Se sentía un hongo con cadenas. Historia que llevaba como marca desde
vidas anteriores. Atinó a gritar y con ese grito espantó a su propio espanto,
creyó quebrar así las leyes de este sanatorio.
Julia del Prado (Perú)
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